domingo, 15 de noviembre de 2020

LA INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN MÉXICO

 LA INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN MÉXICO.

Desde hace poco más de dos décadas, la equidad y la igualdad de oportunidades se han convertido en dos temas centrales para las políticas de educación superior en México. El acceso a los servicios educativos, como parte de los bienes sociales y del compromiso de los Estados nacionales, nos lleva al análisis de cuestiones más amplias relacionadas con la justicia social.

El problema es que en México, como en muchos otros países, existen grandes desigualdades en las condiciones de vida de los sujetos que las instituciones educativas tienden a reproducir y, como en un círculo vicioso, se prolongan de nuevo como desigualdades sociales (Connell, 1997). La pobreza, el género, el lugar de residencia, la edad y la pertenencia a una etnia son algunas de las variables que han producido y reproducido la inequidad y la exclusión en la educación superior (Bracho, 2005). Existen, además, otros factores que inciden en esta problemática y cuyos efectos en la población en edad de cursar la educación superior han sido poco analizados, como la violencia, la migración y la discapacidad.

LA INCLUSIÓN DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD EN LA EDUCACIÓN TERCIARIA

El tema de la inclusión de las personas con discapacidad empezó a formar parte de la discusión internacional a partir de las conferencias mundiales de Educación para Todos de Jomtien (UNESCO, 1990) y sobre Necesidades Educativas Especiales de Salamanca (UNESCO, 1994). En la primera, el principal objetivo fue la satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje de los niños, jóvenes y adultos, la universalización del acceso a la educación y el fomento a la equidad.

Más tarde, en la Conferencia Mundial de Salamanca aparecieron por primera vez las nociones de inclusión educativa y de necesidades educativas especiales. En el Marco de Acción quedó establecido que el concepto de necesidades educativas especiales, aunque estaba dirigido primordialmente a los niños y jóvenes con discapacidad, también abarcaba a otros colectivos sociales. En cuanto a la inclusión educativa, se aclaraba que ésta se distinguía de la inserción y la integración porque, en lugar de adaptar a los niños y jóvenes al ambiente escolar, buscaba construir sistemas flexibles y diversos que respondieran a las diferencias individuales de los estudiantes a través de cambios cualitativos y cuantitativos en las instituciones 

ESTRATEGIAS DE INCLUSIÓN EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS MEXICANAS



En México, la inclusión educativa de las personas con discapacidad ha sido un campo poco desarrollado, tanto en las políticas públicas como en la investigación académica (Gamio, 2009). Si bien la primera escuela de educación especial se fundó en los albores del Estado liberal mexicano, en 1867, durante décadas, los servicios educativos dirigidos a este colectivo se sustentaron en modelos médico-rehabilitadores o normalizadores-asistencialistas (Brogna, 2009) que ofrecían muy pocas posibilidades para su desarrollo personal e inclusión social.

Los gobiernos federales y estatales han hecho muy pocos esfuerzos por sistematizar los distintos marcos normativos, planes de desarrollo y políticas públicas que, de algún modo u otro, atañen a los temas de inclusión y discapacidad. Por su parte, las instituciones de educación superior tampoco ofrecen mucha información sobre las medidas o acciones que llevan a cabo para favorecer el ingreso, la permanencia y el egreso de este grupo poblacional.

Hasta ahora, las principales estrategias de inclusión han estado dirigidas básicamente hacia los siguientes rubros:

1) Normativa y políticas institucionales.

  • Incorporación de la problemática de la discapacidad en los planes institucionales de desarrollo.
  • Elaboración de lineamientos específicos para la atención de los estudiantes con discapacidad o implementación de programas para la inclusión.
  • Integración y apertura de unidades o departamentos de atención y servicios a los estudiantes con discapacidad.
  • Firma de convenios con instancias gubernamentales, comisiones de derechos humanos, otras instituciones de educación superior y asociaciones de la sociedad civil.

2) Apoyos académicos y económicos

  • Desarrollo de intervenciones psicológicas, de aprendizaje o de habilidades sociales.
  • Adecuaciones a las actividades o prácticas de las asignaturas y seminarios.
  • Implementación de grupos de apoyo académico con estudiantes de semestres más avanzados o prestadores de servicio social.
  • Oferta de programas educativos en línea para estudiantes con discapacidad. Otorgamiento de becas a los estudiantes con discapacidad.

3) Accesibilidad física y de información.

*      Adecuaciones arquitectónicas de los espacios institucionales (rampas, senderos, regularización de banquetas, designación de cajones de estacionamiento y sanitarios para personas con discapacidad, instalación de elevadores y barandas).

  • Emisión de manuales y lineamientos de arquitectura incluyente.
  •  Diseño de mapas de desplazamiento para las personas con discapacidad.
  •  Instalación de señalética en relieve, visual o en braille.
  •  Cambios de aulas para aquellos grupos o cursos a los que asisten estudiantes con discapacidad.
  •  Captura digital, auditiva o en braille de la información de bibliotecas y centros de documentación.

4) Otras medidas y servicios

  • Oferta de programas de posgrado, diplomados y cursos de formación continua sobre inclusión educativa y atención de las personas con discapacidad a profesores y público en general.
  •  Elaboración de censos sobre la población estudiantil con discapacidad.
  •  Bolsa de trabajo universitaria para las personas con discapacidad.
  •  Organización de actividades académicas sobre inclusión educativa y otros temas relacionados con la atención a las personas con discapacidad.
  • Cápsulas informativas y campañas de sensibilización sobre la discapacidad y la inclusión educativa.
  •  Difusión de los temas de inclusión y discapacidad en medios impresos y electrónicos.
  •  Asistentes para la lectura del examen de admisión o impresión en braille.



CONCLUSION.

La inclusión es un tema que poco a poco se ha ido colocando en la agenda de las políticas públicas en educación superior. En México, la inclusión de esta población en la educación terciaria ha sido un proceso largo y complejo en el cual, al igual que ocurrió con otros sistemas educativos, intervinieron diversos factores estructurales, como las reformas a la legislación pública y la incorporación de la perspectiva de inclusión en los niveles educativos previos, e individuales. Incluir a un estudiante con discapacidad no sólo significa asignarle una matrícula o darle un espacio donde pueda tomar sus clases, sino poner en marcha una serie de apoyos y servicios académicos, económicos, materiales, tecnológicos, psicológicos y de autogestión que le permitan integrarse de manera plena a la vida escolar 

Además, la inclusión en el nivel superior es todavía un tema emergente en el campo educativo y, en general, hay muy poco trabajo sobre los obstáculos que enfrentan los jóvenes con diferentes tipos de discapacidad, y los que existen usualmente se centran en determinados programas o modalidades educativas

BIBLOGRAFIAS

https://www.redalyc.org/jatsRepo/998/99843455011/html/index.html#redalyc_99843455011_ref13

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0185276017300018

https://conaic.net/revista/publicaciones/Vol_IV_Num2_2017/Articulo_3.pdf




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