miércoles, 24 de febrero de 2021

ACTIVIDADES PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS

 

ACTIVIDADES PARA TRABAJAR LAS EMOCIONES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS




De todos es bien sabido la importancia que tiene la educación emocional dentro de la vida de nuestros hijos e hijas. Gracias a ella son capaces de gestionar sus emociones, saber cómo se sienten en cada momento ya que saben diferenciar una emoción de otra, empatizar con otra persona porque comprenden perfectamente cómo se siente, etc.

La importancia de la educación emocional para tus hijos



Los niños y niñas no nacen con la educación emocional adquirida, sino que es deber de los adultos educarlos emocionalmente al igual que los educamos en otros aspectos de la vida. La educación emocional no es ni más fácil ni más difícil que cualquier otra educación, debe llevarse a cabo desde la infancia y, en mi opinión, nunca debe terminar. Incluso en la etapa adulta se sigue aprendiendo a gestionar algunas emociones.

En la etapa de Educación Infantil, es decir, de los 0 a los 6 años, está muy extendida la importancia de educar en las emociones, ya que favorece al desarrollo, crecimiento y evolución de los niños y niñas. De pequeños, estos necesitan ayuda para todo, también para comprender por qué algunas veces están tristes y otras contentos, por ejemplo.

La figura del adulto siempre está presente durante este proceso para mostrar apoyo en todo momento al menor, desde el ámbito educativo y familiar. Lo idóneo, como en cualquier proceso que implica a ambas partes, es que ambas partes lo trabajen de manera similar, siguiendo las mismas pautas y directrices para que el aprendizaje por parte del niño o niña sea completo y satisfactorio.

Podemos realizar actividades que trabajen la identificación de las emociones básicas, la autoexpresión emocional y la empatía (corazón de la Inteligencia Emocional), trabajando con los niños a ponerse en el lugar de los otros, a diferenciar que los sentimientos ajenos pueden ser distintos a los suyos. También enseñando a poner nombre a las distintas emociones y a saber cuál es la mejor forma de manifestarlas.

 Algunas actividades a trabajar:

  • Crear un diccionario de emociones propio:

Consiste en coger varias fotografías con personas, niños o personajes expresando una emoción y los niños deben identificar la emoción y clasificar las imágenes.

  • Leer cuentos de emociones

Nos ayudan a tener mayor vocabulario emocional, a reconocer e identificar emociones, a comprender nuestras experiencias vitales (pasadas o futuras), a empatizar con los demás, a poner consciencia y palabras a lo que nos sucede (eso nos ayuda a sobrellevarlo mejor), nos muestran modelos y estrategias para resolver conflictos, nos reconfortan, fomentan el diálogo

  • Jugar con "el teatrillo de las emociones":

Esta actividad consiste en crear un pequeño guiñol o teatro donde representaremos historias inventadas por los propios niños y donde aparecerán diferentes emociones. 

Necesitamos: Algunos personajes, dos dados.

  • Guiar al ciego

En este juego el niño estará con los ojos vendados  y cogidos de la mano, nosotros le vamos guiando por un camino de «obstáculos» indicando por donde debe caminar.

  • La caída hacia atrás.

Colócate de pie detrás del niño y dile que se deje caer hacia atrás. Tómalo suavemente por debajo de las axilas.
Por seguridad es importante que comprobemos que podemos con el peso y la altura del niño.

Esta actividad podemos hacerla entre los padres ó entre hermanos, siempre pendientes de cualquier posible accidente.

  • Actividad "dibujamos emociones“:

Ponemos un espejo delante del niño y le ayudamos a representar las expresiones de cada emoción, luego las puede dibujar en un papel y escribir cuándo se ha sentido así.

  • Actividad con música, pintura y emociones:

La música nos despierta recuerdos y experiencias, pero además nos evoca emociones.
En esta actividad uniremos la música, la expresión artística y la educación emocional. 

Pondremos a los niños piezas musicales diferentes y dejaremos que pinten libremente las emociones que les provocan.

  • Juego "dominó de los sentimientos“:

Este es un dominó especial donde en cada ficha tenemos: en la parte derecha el nombre de una emoción y en la parte izquierda una situación que puede provocar otra emoción.

  • Bote de la comunicación:

Leemos el cuento infantil Palabras con corazón, luego cada uno de los niños tendrá su propio bote ya sea de cristal o plástico. En él, los demás compañeros, amigos o hermanos y familiares escribirán en unas tarjetas las cualidades, emociones y sentimientos positivos que nos transmite

  • Mi nombre mis virtudes:

Cada niño con ayuda de las letras de su nombre identificará una emoción que asociará con ellas.

  • Termómetro drilo:

Tras la lectura del cuento infantil El emocionómetro del Inspector Drilo crearemos la rueda de emociones y el termómetro de los mismos. Para poder cuantificar cuándo estamos contentos, tristes, enfadados…. 

  • Dibujamos nuestra silueta:

Con un rollo de papel de los enormes, cada niño dibujará la silueta de su cuerpo. Dentro de ella, escribe, dibuja, pega recortes de lo que para él impliquen las emociones. Luego los demás pueden  añadir emociones en cada silueta teniendo en cuenta las virtudes de los demás niños.

  • Juego de "mímica de emociones":

Se preparan varias tarjetas y se escribe en ellas diferentes emociones, Luego el niño coge una tarjeta y debe representar la emoción mímicamente. El resto debe adivinarla. Quien la acierta es el siguiente en salir. Si somos muchos, podemos hacer grupos. 

  • El diccionario de las emociones

Es un juego muy eficaz para que los niños aprendan a interiorizar sus emociones. Se utilizan cartulinas donde los alumnos escriben, en letras grandes, los nombres de una emoción: tristeza, alegría, rabia, etc. Después tienen que hacer un dibujo inspirado en dichas emociones y en las respuesta, emocional y/o física.

  • Jugamos con espejos: 

Con la ayuda de algún espejo tanto en casa como en la escuela, daremos un ejemplo de emoción o sentimiento para que el niño lo recree mientras se mira en él. Pueden servir de guía los compañeros, amigos, hermanos, los familiares o maestros.

  • Dado de las emociones:

Cada niño de manera individual realizará un dado con las emociones representadas. Lo utilizaremos para jugar a diferentes dinámicas que nos inventemos para expresar las emociones delante de los demás compañeros simulando un mimo y  tendrán que adivinarlas.

  • Música y pintura, son excelentes actividades para trabajar las emociones:

Pues vamos a escuchar diferentes piezas musicales de todos los géneros y luego cada niño dibuja lo que le transmita la música. Utilizará los colores que desea y los puede asociar a estados de ánimos. Se llevará a cabo una lectura.

  • Diario de las emociones:

Esta actividad es ideal para niños que ya han alcanzado la escritura, cada niño con ayuda de un cuaderno hará un diario de sus propias emociones, lo utilizará para expresar lo que siente en momentos puntuales como el final del día, después del fin de semana o cuándo lo deseen.

  • Rincón de la calma:

Buscaremos un espacio cómodo y relajado dónde el niño puede estar tranquilo cuando quiera. En este espacio incluiremos juegos, cuentos infantiles, lápices de colores y material para poder colorear.

  • Juego te conozco:

Cada niño se hace una serie de tarjetas en las que expresan sus gustos personales, qué le gusta hacer, cuál es su comida preferida, su deporte preferido, su color, qué es lo que menos te gusta, con qué compañero te gusta jugar, y luego en parejas o pequeños grupos se lo transmiten al resto.

  • El acusado:

Esta dinámica es ideal para que los profesores eduquen a sus alumnos en control emocional. En el aula, el profesor debe leer en voz alta el comienzo de esta historia:  “Va Pepe muy contento por el parque, cuando de repente ve a Rafa viniendo a su encuentro. Rafa tiene una mirada muy rara. Pepe se pregunta qué le estará pasando. Se acercan y se saludan, pero inmediatamente Rafa comienza a gritar. Dice que Pepe le ha hecho quedar muy mal con los otros chicos del barrio, que es mal amigo, que tiene la culpa de todo lo que le pasa. Entonces Pepe…”.

  • El tarro de las buenas noticias: 

Elige un tarro, decóralo con tu hij@ y colócalo en un lugar accesible para todos. Junto al tarro pon pedacitos de papel donde podáis escribir o dibujar aquello positivo que os ha pasado. Cada vez que tengáis algo positivo lo metéis en el tarro. Si en algún momento tu hij@ se encuentra triste o enfadado, podéis recurrir al tarro y recordarle la cantidad de cosas buenas que le han pasado.

  • El álbum de fotos emocionales:

 Hacer  4 fotos con diferentes expresiones de emociones (alegría, pena, sorpresa y enfado). Pegar las fotos en cartulinas o folios pegarlas por la clase o en un álbum.

  • Inventamos historias:

 Dibujar distintas emociones en tarjetas de cartulina. El maestro saca una tarjeta con una emoción y comienzan a inventar una historia con un personaje principal que tiene esta emoción. Luego los alumnos sacan otras tarjetas y hace lo mismo.

  • Diario de las emociones: 

El juego es una dinámica educativa que trata de favorecer la reflexión sobre los propios estados emocionales. A través de esta dinámica vamos a procurar que los niños y niñas dibujen sus estados emocionales y que tomen conciencia de cuando sienten cada emoción, de los posibles desencadenantes y consecuencias. De esta manera tendrán un rico collage de las propias emociones.

  • Juego “El observador”: 

Deben observar las expresiones emocionales de otras personas (familiares y amigos). Deben fijarse en los aspectos verbales (qué dice y cómo lo dice) y en los aspectos no verbales: gestos faciales, muecas, tonos de voz, tics, etc. Como ya se trabajó al principio, este juego les motiva mucho porque saben en qué han de fijarse.

  • ¿Qué estará pasando? 

A través del roleplaying podemos plantear diversas situaciones, reales o imaginarias (preferiblemente reales), y han de dramatizar la situación con todo tipo de detalles. El resto de compañeros deben tratar de adivinar los estados afectivos en cada uno de los acontecimientos relatados. “Me imagino que sentiste…..cuando”. Confirmar si ha acertado en los sentimientos.

  • El juego del nombre:

 Se les reparte a los niños dos hojas de papel y se les pide que apunten su nombre y apellido. Después, en una de las hojas, se les pide que con cada letra de su nombre apunten las cualidades que consideran que tienen (si el nombre es muy largo, puede pedirse que lo hagan solo con el nombre o el apellido). Por ejemplo: Si la persona se llama Bea Salta, las cualidades o virtudes pueden ser: Buena, enérgica, amable, segura, agradable, lista, trabajadora y asertiva.

 Conclusión:

La inteligencia emocional no es innata de los niños. Se consigue a través de las vivencias y de las relaciones, de ahí que sea tan importante el papel de los padres y, también, de los maestros en su desarrollo emocional. Enseñar a los niños a reconocer y gestionar emociones, les permite incrementa la percepción de control sobre aquellos que les ocurre, lo que es fundamental para un adecuado desarrollo de su autoestima y autoconcepto. El compartir las emociones con los demás es fundamental para el desarrollo social de nuestros hijos. Las personas con una adecuada tolerancia a la frustración mantienen unas relaciones sociales más satisfactorias.

Los juegos son una herramienta de trabajo muy importante para los maestros. Te ayudan a que los niños aprendan y, además, permiten que identifiquen sus sentimientos. Realizar estas actividades propuestas, ayuda al desarrollo pleno del niño así como conocer e identificar sus emociones en su vida cotidiana.

Bibliografía:

http://www.clubpequeslectores.com/2015/06/trabajando-las-emociones-recursos-educativos.html

https://www.guiainfantil.com/educacion/juegos/9-actividades-para-trabajar-las-emociones-con-los-ninos-segun-su-edad/

https://www.imageneseducativas.com/actividades-para-trabajar-las-emociones-con-ninos/

https://www.crianzaentreletras.com/15-actividades-para-trabajar-las-emociones-con-ninos/



 

 

 

 

 

 

viernes, 19 de febrero de 2021

ESCUELA, FAMILIA Y DISCAPACIDAD.

 

ESCUELA, FAMILIA Y DISCAPACIDAD.



¿Qué es ser familia, hoy?

La familia consiste en un grupo de personas que permanecen emocionalmente unidas y que están ligadas por lazos de proximidad cotidiana.

 Una familia puede estar formada por el padre, la madre y los hijos e hijas, sólo por uno de los padres y sus hijos, o de una manera distinta. Los padres pueden ser jóvenes o mayores, naturales o adoptivos. También habrá quien conviva con sus hermanos y la familia de éstos y habrá casos en los que vivan con el cuidado o la tutela y apoyo de vecinos, conocidos, aunque no tengan una relación de parentesco ni, en algunas ocasiones, el otorgamiento formal de la tutela.

¿Qué sucede en nuestra familia cuando llega un hijo con discapacidad?

Cuando se planifica la llegada de un hijo se espera que sea un niño sano y normal, pero cuando el tan esperado niño o niña presenta una condición de discapacidad, la familia experimenta un sentimiento de pérdida por el hijo que se esperaba y no llegó. Las reacciones de las familias frente a este hecho varían dependiendo de las circunstancias particulares, que aunque difieren según el tipo de familia y características de sus miembros, la mayoría presenta etapas comunes.

  • Conmoción Dolor, culpa, vergüenza, autocompasión, alejar de sí al niño, desear que se muera, desear morir uno; pensar que el niño es de otra, ¿qué he hecho de malo? ¿por qué me pasó a mí?, quisiera no haberme casado.

  • Negación Rechazo al diagnóstico, ir de profesional en profesional, dudar de la información, buscar otras opiniones, pedir milagros, creer que es un mal sueño.
  • Tristeza Desolación, ira, aislamiento, nostalgia por la pérdida (del niño que esperaban), atenderlo porque es obligación, sentimiento de culpa que puede llevar a convertirse en un esclavo de su atención, con perjuicio para toda la familia.
  • Aceptación Va apareciendo el niño con discapacidad que necesita cuidados, se va atenuando la turbulencia emocional, van adquiriendo más confianza en su capacidad de criar al niño, aunque se pasa por períodos de ambivalencia (sentir amor y rechazo.
  • Reorganización Cuando la familia acepta al niño y su discapacidad, se liberan de sentimientos de culpa, se apoyan unos a otros, se distribuyen tareas, se cree en el niño, se está dispuesto a trabajar y avanzar poco a poco

¿Qué efectos causa en el grupo familiar?

La llegada de un hijo con discapacidad a una familia puede producir conflicto hasta la adaptación a este hecho. Los diferentes miembros de un grupo familiar se ven afectados por una serie de cambios en su interior. Estos cambios necesitan de adaptaciones en varios ámbitos.

Efectos psicológicos y emocionales. Se alteran las relaciones con amigos, las actividades tanto sociales como recreativas, la vida diaria. También se altera el estado de salud y emocional de los diferentes miembros de la familia.

Efectos en las interrelaciones entre los distintos miembros del grupo: cambios en los compromisos y obligaciones de tiempo, en las costumbres de sueños, comidas, en las relaciones de los demás hermanos con sus padres, en el tiempo disponible de los padres hacia el resto de sus hijos.

Efectos en cuidados y servicios especiales; aumento en el presupuesto familiar, producto de gastos adicionales asociados a necesidad de cuidado infantil especializado, preocupación y consulta médica.

Los niños y niñas con discapacidad tienen tres opciones educativas:


  1. Establecimientos de Educación Regular Escuelas y Liceos que desarrollan Proyectos de Integración Escolar.
  2.  Escuelas Especiales Ofrecen servicios educativos para las alumnas y alumnos con necesidades educativas especiales derivadas de discapacidad intelectual, visual, auditiva, motora; con graves alteraciones en la capacidad de relación y comunicación y dificultades de la comunicación oral

La familia y la escuela como contextos de enseñanza de habilidades sociales



Al interior del grupo familiar los niños y niñas aprenden diferentes valores, hábitos y costumbres. Entre estos aprendizajes, es fundamental para los niños y niñas con necesidades educativas especiales lograr Habilidades Sociales.

Las habilidades sociales son aprendidas en el hogar, en la comunidad inmediata y reforzadas en la escuela. Es necesario que se establezcan acuerdos entre la familia y la escuela con respecto a la enseñanza de las habilidades sociales, de modo que exista coherencia, al intencionar y ejercitar lo mismo en ambos contextos, favoreciendo así el aprendizaje, y por ende, se mejore la competencia social de los niños y niñas con discapacidad.

Las expectativas que los padres tengan respecto de los progresos de sus hijos incidirán favorable o negativamente, en los logros de los aprendizajes de estos niños.

Familias de niños con discapacidad visual y ceguera.

Los niños y niñas con discapacidad visual manifiestan pérdida o disminución del sentido de la vista. Cuando hay restos de visión es muy importante incentivarlos a que los utilicen para realizar variadas actividades en forma independiente, tales como alimentarse, hacer su aseo personal, vestirse y caminar en lugares conocidos, ya que estos niños pueden percibir los contornos de las figuras, la luz y los movimientos.

 Estos niños y niñas, desarrollan mucho sus otros sentidos en compensación a la falta de la vista, por tanto, al relacionarse con ellos y al expresarles afecto, es muy importante el lenguaje y el contacto físico.

¿Cómo los estimulamos y apoyamos en el hogar?

  • Hablarles en diversas situaciones cotidianas usando un lenguaje sencillo y concreto, desde distintos lugares y ubicaciones de la casa, de manera que puedan orientarse espacialmente.
  • Acompañarlos en todas las acciones, explicando y describiendo todo lo que los niños van descubriendo y encontrando
  • Darles la posibilidad de conocer las habitaciones de la casa, recorriendo, tocando, describiendo y nombrando las cosas que hay en ellas.
  • Facilitarles la movilidad, manteniendo las puertas cerradas o abiertas, no entreabiertas, los muebles en su lugar

Familias de niños con discapacidad auditiva.

La pérdida auditiva que presentan niños y niñas es de naturaleza e intensidad diversa, por dicha circunstancia deben acudir a medios de comunicación alternativos y apoyos tecnológicos especiales para aprovechar el resto de su audición. Dentro de este grupo encontramos a las personas que son sordas y a las que se consideran hipoacúsicas, que son la mayor parte de la población.

¿Cómo favorecer el avance de los niños en familia?

  • Hablarle o comunicarse con el niño o la niña de diversas formas, incluyendo la gestual. Esto mejora las interacciones y el desarrollo de la comprensión.
  • Usar voz clara y normal, como si le estuviera hablando a un niño o niña oyentes.
  • Animarlos a imitar los movimientos de la boca frente a un espejo.
  • Incentivar al niño o la niña, sin apurar sus respuestas y sin extenderse en el tiempo, para no causarles fatiga.
  • Hablar de modo que los labios del adulto estén a la altura de los ojos del niño o la niña, estimulándolos a que sigan los movimientos de la boca, que los comprendan y los traduzcan en palabras.

Familias de niños con discapacidad intelectual.

Los niños y niñas con discapacidad intelectual aprenden con más lentitud o dificultad que el resto de su misma edad, requiriendo mayor estimulación y ayuda adicional de parte de los padres, hermanos, otras personas del grupo familiar, profesores y compañeros.

Es fundamental tener presente, que los niños y niñas llegan a ser adultos, crecen, se desarrollan y tienen las mismas necesidades que otras personas de su edad, es decir, no permanecen niños toda la vida.

Los padres y hermanos pueden colaborar en su aprendizaje y desarrollo

  • Aceptarlos como son, dándoles responsabilidades y tareas en casa, de acuerdo a sus posibilidades, ya que pueden ser muy cooperadores si se les sabe motivar.
  • Estimularlos a que colaboren en las tareas del hogar, permitiéndoles sentirse útiles.}Incluirlos en todas las actividades familiares, dándoles la oportunidad que compartan juegos y tiempo libre con adultos y otros niños de la casa y el barrio.
  • Conversar siempre con ellos, como si lo hiciera con otro de sus hijos.
  • Entregarles instrucciones cortas y precisas, de manera que el niño o la niña sepan qué hacer en una situación u otra.

Familias de niños con discapacidad motriz.

Los niños y niñas con discapacidad motriz conforman una población heterogénea, presentan una disminución o pérdida parcial o total de las habilidades motoras, incluyendo el lenguaje expresivo.

Una forma es la Parálisis Cerebral que compromete a una o más áreas del cerebro, produce inmovilidad, alteraciones motrices o de la coordinación muscular. Para desplazarse pueden necesitar muletas, soportes, andador o silla de ruedas.

¿Cómo apoyarlos en casa?

  • Reconocer permanentemente sus cualidades y comportamientos positivos mediante expresiones de afecto.
  • Hablar mucho con ellos y estimularlos, de ser posible, también a hablar, para que desarrollen el lenguaje expresivo y comprensivo.
  • Fomentar actividades sociales con grupos nuevos, apoyándolos inicialmente para que alcancen, poco a poco, una mayor independencia de su familia.
  • Motivarlos a formar parte en juegos y actividades recreativas gratificantes, brindándoles los apoyos necesarios, para que participen en igualdad de condiciones y pierdan el miedo a fracasar o a ser rechazados.
  • Procurar que el niño o la niña estén siempre en los lugares habituales de reunión de la familia, siendo parte de las conversaciones

Familias de niños con autismo.

Los niños y niñas con autismo, presentan un trastorno generalizado del desarrollo que les causa problemas para lograr conciencia de sí mismos, como personas separadas del medio. Estas características, se hacen evidentes, generalmente, antes de los tres años de edad.

También es conocido como “espectro autista”, debido a que se produce “un retiro” del mundo, pues comprenden su entorno por partes, les es muy difícil integrarlo como un todo, afecta de manera muy diversa la habilidad de los niños para comunicarse, para adaptarse a situaciones nuevas o inesperadas y en su relación con los demás.

¿Qué hacemos en familia para ayudarlos?

  •  Aceptarlos como son, con lo que nos agrada y nos desagrada de ellos, como a otros de los hijos o miembros de la familia.
  • Ayudarles a organizar su persona, su tiempo, su espacio, también organizamos el hogar y las actividades, de modo de hacerlas más comprensibles para ellos.
  •  Mantener los muebles y objetos en el mismo lugar, informando al niño o la niña de los cambios o pidiéndoles que ayuden en ellos.
  • Hablarles con calma y claramente, dando mensajes fáciles y el tiempo necesario para entenderlos.
  • Acompañarlos, primeramente, a que se acerquen, que “lleguen” a otros niños de la familia o vecindario, comenzando por uno o dos que les muestren más simpatía, para luego enseñarles a mantener esa relación de amistad.

Oportunidades para los padres.


A nivel de establecimiento educacional 

 

• Participación en centros de padres y sus directivas

• Participación en proyecto educativo

• Participación en equipo de gestión 

• Participación en la elaboración del reglamento interno

• Participación en proyectos de mejoramiento educativo 

• Participación en talleres para padres

• Participación en equipos y clubes deportivos

• Participación en convivencias y paseos

• Participación en conservación y mejoramiento de la escuela

• Elaboración de recursos didácticos • Visitas y trabajos con el profesor en la sala de clases. 

¿Qué es la Comisión Discapacidad SOFOFA?

La SOFOFA (Sociedad de Fomento Fabril) ha organizado la Comisión de la Discapacidad como actividad permanente del área social de esa organización, cuyo principal objetivo es consolidar el funcionamiento de los Consejos Comunales de la Discapacidad. En lo Educativo, la Comisión para la Discapacidad está propiciando la integración de los jóvenes con discapacidad en los liceos técnico profesionales cuya administración fuera delegada a la SOFOFA, para estos efectos funciona un comité bipartito de SOFOFA y el Ministerio de Educación que orienta el quehacer de dichos esfuerzos integradores. 

¿Qué son los Consejos Comunales de la Discapacidad? 


Los Consejos Comunales de la Discapacidad están integrados por el empresariado representado por la SOFOFA, otras organizaciones locales de empresarios, personas con discapacidad y sus organizaciones y el sistema educativo representado por el Ministerio de Educación. Su propósito es articular acciones de las distintas instancias, en la búsqueda de mejores opciones laborales para las personas con discapacidad.

Conclusión.

La familia continúa siendo la primera expresión de solidaridad que percibe todo ser humano, tal y como se establece en el; “Decreto 137/2002 de 30 de abril, de apoyo a la familias andaluzas”. La familia constituye el primer núcleo social con el que toma contacto una persona desde el mismo momento del nacimiento, por ello esta institución será de vital importancia tanto en el crecimiento global del niño como en su posterior ingreso en la escuela.


La familia posee detallada y valiosa información respecto al desarrollo y comportamiento de sus hijos e hijas y juega un papel fundamental en la detección y evaluación oportuna de necesidades educativas especiales.

Con esto concluimos que estos temas vistos son de gran importancia para las familias de un niño con alguna discapacidad, ya que muchas veces no sabemos cómo enfrentar estos casos, sin embargo el papel de la familia juega un papel primordial para el desarrollo de estas necesidades

Bibliografía

https://es.slideshare.net/pennypalma/201305151330350guia-familia-n1

https://especial.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/31/2020/03/201305151331560.GUIA_-FAMILIA_-N2.pdf

 

lunes, 15 de febrero de 2021

APRENDER A CONVIVIR


 

APRENDER A CONVIVIR



¿Qué es?

La palabra convivencia es muy usada en distintos ámbitos, muchas veces sin analizar su significado y su sentido. El diccionario de la RAE la define simplemente como la acción de convivir, que a la vez se define como el vivir en compañía de otros. La dificultad práctica es que generalmente no podemos escoger estas compañías, como en los casos de la escuela y el trabajo, entre otras áreas de la vida. La convivencia nos exige un esfuerzo de adaptación, por un lado, y de acogida, por el otro.  Para poder convivir sanamente debemos aprender a negociar y ceder, desarrollar la tolerancia hacia los otros y la no discriminación frente a las diferencias interpersonales

“La idea de convivir con las y los demás es un instrumento entre varios para combatir los prejuicios que impiden la concertación. De esta manera, parecería adecuado que la educación se diera a dos niveles; en un primer nivel, en el descubrimiento gradual del otro; en un segundo nivel, en la participación de trabajos en común, con un método de solución de conflictos presentes. Descubrir al otro u otra tiene una doble misión, una que es enseñar la diversidad de la especie humana, la otra contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos; ello teniendo en cuenta que el descubrimiento del otro pasa forzosamente por el descubrimiento de uno mismo o una misma”. (Cabildo Verde 2008b)

Esto quiere decir que hay que aprender a vivir junto con los demás en una cultura de paz, respetando los derechos de los demás y, sobre todo, respetando todas las formas de vida sobre el planeta.

Importancia del desarrollo de valores y actitudes



Para poder tener una convivencia pacífica, para interactuar y conocer a los demás y para lograr trabajar por objetivos comunes, es importante desarrollar una serie de valores y actitudes como los que se señalan a continuación:

  • Desarrollo del autoconocimiento y la autoestima. Tarea que niños y niñas deben emprender desde la primera infancia.
  • Desarrollar la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Aquí es importante que niños y niñas tengan la oportunidad de iniciarse en la empatía, aunque esta no se adquiera en esta etapa, pero sí se sientan las bases para su desarrollo.
  • Resolución de conflictos sin violencia. Los niños y las niñas se ejercitan en la resolución de conflictos haciendo uso del diálogo y el respeto al otro.
  • Cooperación. Aprenden a compartir y trabajar en equipo por un bien común, disfrutando de las metas alcanzadas en grupo.
  • Tolerancia a las diferencias. Los niños y las niñas se pueden reconocer como diferentes a nivel personal pero iguales en derechos.

 Intervención de la UNESCO

En 1993 la UNESCO conformó una Comisión Internacional y le encargó el análisis del perfil que debería tener la Educación en el Siglo XXI. Esta Comisión, presidida por Jacques Delors, determinó la conveniencia de construirla sobre cuatro pilares fundamentales:



  • Aprender a conocer: Dada la rapidez de los cambios sociales producidos en función del progreso científico y de las nuevas formas de actividad económica y social, es necesario promover el acceso permanente a nuevos contenidos.
  • Aprender a hacer: Más allá de los oficios o profesiones obtenidos, indica la conveniencia de adquirir competencias que posibiliten hacer frente a nuevas situaciones laborales, propiciando el trabajo en equipo.
  • Aprender a ser: Sostiene que el progreso de las sociedades depende de la creatividad y capacidad de innovación de cada individuo o grupo.
  • Aprender a convivir: Alude al desarrollo de conocimientos sobre los demás, sobre su historia, sus costumbres, tradiciones y su espiritualidad en el marco de sociedades cada vez más multiculturales y competitivas.

Si bien los cuatro aprendizajes resultan igualmente significativos, deseamos referirnos al citado (aleatoriamente) en último lugar. El hecho de convivir con nuestros semejantes es un asunto difícil desde siempre y, por cierto, atañe a todos los sectores sociales.

A la escuela le cabe enseñar también modos de convivencia social e institucional. Una de las formas de hacerlo tiene que ver con las ideas y conceptos que propone, y que los alumnos deben aprender como requisito curricular. Si bien esta forma es importante, mucho más significativa resulta aquella otra inherente al modo de convivencia que genera la escuela en su cotidianidad y que involucra a todos sus miembros sin excepción (alumnos, docentes, directivos, preceptores, auxiliares, padres, técnicos, etc). Modalidad que con frecuencia no aparece explicitada en las planificaciones que se establecen o en los tipos de gestión (directiva, pedagógica, etc.) que se enuncian.

¿Qué conceptualizaciones nos ayudan a entender de qué se trata la convivencia escolar ?

Si nos atenemos estrictamente a la etimología y a las distintas acepciones del concepto disciplina (término que no es más que un elemento dentro del campo mayor de la convivencia), tendremos que decir que en las instituciones educativas se ponen en juego dos aspectos inseparables de aquélla:

  • La transmisión de un cierto saber disciplinario (matemática, lengua, historia) a un cierto sujeto (alumno, discípulo) en el marco de un cierto dispositivo (*) pedagógico- didáctico, y}
  • El disciplinamiento (“hacer guardar la disciplina”) de ese mismo sujeto frente al dispositivo disciplinario-disciplinante imperante en una determinada institución.

La persistencia de ambos aspectos favoreció que en los espacios institucionales el término aparezca fuertemente homologado al de conducta, por lo que “tener buena conducta” es igual a ser un alumno disciplinado que aprendió el oficio de ser alumno y viceversa.

Conducta no es lo mismo que disciplina, del mismo modo que disciplina no es sinónimo de convivencia. No simplifiquemos entonces una cuestión de tanta complejidad. La convivencia, en todo caso, es una suerte de transversal que atraviesa toda la trama de relaciones al interior de cualquier institución, una resultante de distintos aspectos o dimensiones, entre los que consignamos los siguientes:

1) la trama vincular al interior de la institución

2) los procesos y estilos comunicativos prevalentes en la escuela, desde la misma a la comunidad circundante y al resto del sistema, y hacia ella.

3) la distribución de poder, los estilos de liderazgo, los criterios o modos predominantes de tomar las decisiones, el estilo de tratamiento ante situaciones conflictivas

4) los umbrales de tolerancia a las discrepancias y la mayor o menor aceptabilidad de la diversidad

5) la historia institucional y el posicionamiento actual frente al proceso de transformación

6) el estilo institucional y el clima de trabajo

7) la relativa definición de su identidad institucional

8) el grado de pertenencia a la institución de los distintos actores, etc.

Habilidades para la convivencia.

Las personas que se llevan bien con los demás tienen buenas habilidades para la convivencia. Estas habilidades se desarrollan cuando las personas se relacionan unas con otras, aprenden cómo son ellas mismas y toman en cuenta los sentimientos de los demás. Es importante para todos saber convivir con cualquier grupo —sea una familia, un grupo de amigos o incluso los compañeros de curso en la escuela.

No basta tener buenos modales para lograr una buena convivencia. Las personas que saben convivir con los demás, saben: 

  • dar y recibir atención, afecto o ayuda. 
  • expresar sus necesidades, sus sentimientos y sus derechos de una manera aceptable. 
  • comunicarse eficazmente

Es importante que los niños que son sordos o que no oyen bien aprendan a convivir. Su habilidad para llevarse con los demás les ayudará a estar menos aislados. Al igual que los niños oyentes, los niños sordos tendrán que desarrollar habilidades para la convivencia observando a las personas a su alrededor y relacionándose con ellas. Eso les ayudará a aprender diferentes cosas, como por ejemplo, tratar con respeto a las personas mayores, pedir permiso para usar las cosas que les pertenecen a otras personas y esperar su turno para participar en una actividad

¿Cómo los niños aprenden a convivir?



No nacemos con la habilidad de convivir. Comenzamos a aprender a convivir en cuanto nos damos cuenta de las demás personas. Después, como niños y como adultos, seguimos desarrollando esa habilidad. Estamos aprendiendo a convivir toda la vida. Al principio, desarrollamos habilidades muy sencillas. Un bebé aprende a sonreírle a su madre cuando ella le sonríe a él, o un niño aprende a esperar su turno para un juego. Pero a medida que un niño vaya creciendo, necesita desarrollar habilidades más complejas para poder llevarse bien con los demás.

El comportamiento ‘correcto’ dependerá de la edad del niño. Si usted espera demasiado del niño, ambos quedarán decepcionados y tristes. Pero, si espera muy poco, él no desarrollará nuevas habilidades. Para información sobre las edades a que los niños desarrollan nuevas habilidades




Los niños aprenden a convivir paso a paso

El desarrollo de las habilidades para la convivencia, al igual que otros tipos de desarrollo, ocurre paso a paso. Para aprender a convivir, una niña necesita darse cuenta de los sentimientos de los demás. También necesita aprender a compartir las cosas con otras personas y a cooperar con ellas. Al principio, una niñita juega junto a otros niños. Eso quiere decir que le agrada estar cerca de ellos cuando juega, pero que no juega con ellos directamente. Luego la niña aprende a jugar con otros niños. Aprende a compartir los juguetes y a jugar juegos en que todos tienen que cooperar. A medida que los niños vayan creciendo, necesitan entender reglas y poder controlar su comportamiento.

En casa


Al principio, los niños aprenden a convivir al observar cómo se comportan sus padres y otros miembros de la familia. Los niños imitan lo que hacen y dicen las otras personas cuando se relacionan entre sí.

Al jugar con otros niños


 Mientras juegan, los niños aprenden a seguir instrucciones, a cooperar, a esperar su turno y a compartir las cosas. Los juegos les ayudan a los niños a entender sus propios sentimientos, a sentirse orgullosos de lo que pueden hacer y a formarse una idea de quiénes son.

En la comunidad

Fuera de su propio hogar y de su familia más cercana, los niños ven cómo los adultos y los niños más grandes hablan, juegan y trabajan juntos. Ésa es la manera de que los niños aprenden a relacionarse con las personas que no son de su familia. Y en ese mundo más amplio, los niños aprenden cómo hacer las cosas de maneras distintas y ensayan diferentes formas de responder a distintas situaciones. Desarrollan sus habilidades para la convivencia a medida que descubran sus propios puntos fuertes y débiles.

Elementos para una buena convivencia

  •  El respeto: Cuando establecemos cualquier tipo de comunicación con otra persona, la primera premisa es aceptar la dignidad de esta persona como tal, sin prejuicios ni discriminaciones, y entender que puedan tener pensamientos y opiniones distintos a los nuestros. Esto no implica que no podamos discutir o combatir estas opiniones, pero siempre respetando a la persona.
  • La afabilidad: Entendiendo ésta como una actitud positiva en nuestra relación con los demás. Un ambiente de cordialidad facilitará nuestras relaciones con los demás pero si nuestra actitud es recelosa o indiferente, difícilmente nos llevará a una convivencia satisfactoria.
  • La inteligencia: En las relaciones sociales, las buenas intenciones no son siempre suficientes. Cuantas veces hemos visto a personas que tienen el dudoso don de la impertinencia y molestan continuamente sin ser conscientes de ello. Para tratar con inteligencia a los demás, es importante saber escuchar e intentar conocer a la otra persona y, en caso contrario, saber callar en determinados momentos. Una persona socialmente inteligente sabe estar y comportarse con personas muy diversas, social y culturalmente, aunque haya tenido quizá menos formación en la infancia. 
  • La educación: Es una de las bases de una buena convivencia, y la podemos considerar como un compendio de los puntos anteriores.
Conclusión. 

 Hablar de este tema es de gran relevancia pues fomenta a uno de los cuatro pilares dela educación, la escuela es, sin duda, un espacio privilegiado para aprender a vivir juntos. Día a día niños y niñas comparten con otros niños en su grupo-curso, en el recreo, en todas las actividades escolares. También se relacionan con sus docentes y otros adultos de la comunidad escolar.

Educar para convivir es educar para mejorar los entornos personales y sociales. Una acción ética que favorece la felicidad cotidiana y que, en última instancia, en la medida en que, por efecto de la educación y el desarrollo humano, se va extendiendo como mancha de aceite a más sociedades, aumenta el valor de la dignidad plena para la toda la humanidad.

Es muy importante ayudar a los niños a convivir con los demás, pero eso en sí no basta. Los niños no sólo aprenden por la forma en que nosotros les enseñamos las cosas y los tratamos. También aprenden cuando observan cómo la gente de su comunidad se trata entre sí.

Cuando les enseñamos a nuestros hijos o alumnos a ser amigos de los niños sordos y a respetar a las personas que son distintas a nosotros, les estamos ayudando a entender que valoramos la compasión. Les estamos enseñando que ayudar a los demás es la responsabilidad de todos.

"Aprender a vivir juntos es aprender a convivir, aprender a ser buenos ciudadanos y aprender a vivir en paz."

Bibliografía

https://hesperian.org/wp-content/uploads/pdf/es_hcwd_2008/es_hcwd_2008_Cap10.pdf

https://www.minam.gob.pe/proyecolegios/Curso/curso-virtual/Modulos/modulo2/2Primaria/m2_primaria/aprender_a_vivir_juntos_y_a_convivir_con_los_dems.html

https://www.calidadeducativa.edusanluis.com.ar/2013/05/aprender-convivir.html

 

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